lunes, 20 de octubre de 2008

Ese Perro Rabioso

Cuando comenzaba con este blog (102 entradas ha), siempre quería hablar de ese aire de superioridad con el que los forasteros solemos adornarnos, a veces en exceso.

Me llamaba la atención que es un aire bien distinto de aquel con el que se adornan los snobs emergentes, los snobs insoportables. las chicas cosmopolitan, las chicas chonquetas, los chocolocos, las ultramamacitas y los traquetos y traquetoides. Todos tienen su manera particular de inflar su ego y a cada quien le dará resultados, pero todos tienen la misma falla: ese ego sólo se infla en presencia de personas que les presten atención.

En cambio, el caso de los forasteros es la excepción. Su enorme ego no depende de si lo miran, lo buscan, lo esperan o lo tratan de encarrilar de nuevo por el buen camino. Es, por decirlo de alguna manera, un ego inmune, siempre sobrealimentado y robusto aunque esté entre snobs, traquetos, chocolocos o en medio de la más absoluta y desconsoladora nada.

Este asunto se me fue de la mente mucho tiempo, pero me regresó cuando visité el blog de Webargas y ví el dibujo que hoy traigo (con su permiso) a este blog, gracias al cual no necesito extenderme en palabras porque el dibujo es bastante explícito y preciso.


Gracias, Webargas

2 comentarios:

Unknown dijo...

Ese vargas es bastante bueno...

Rara Avis dijo...

Qué gran verdad esa del perro bravo, Forastero. Yo digo que cuando empezamos a domesticarlo es seña de que estamos haciéndonos más gente... Pero se sigue viendo cada personaje, que uno piensa que no tiene un perro, que tiene una jauría!!, y es una pena... lo que se pierden.