jueves, 24 de abril de 2008

1º de Mayo - Día Guanebucán

(Hacer click para ampliar la imagen)

Esta Imagen tomada de Google Earth muestra la costa Caribe desde Riohacha (abajo a la izquierda) hasta la ciénaga de buenavista (arriba a la derecha). La linea blanca muestra el recorrido que cada año, el primero de mayo, el grupo de nadadores Guanebucán hace para conmemorar su aniversario. Son siete kilómetros con un poco de ayuda de la corriente.

El año pasado participé en la carrera y escribí una entrada al respecto. Para este año la principal preocupación es la inusual aparición de la horda de aguamalas con demasiados miembros (Efecto de la pesca de tortugas, que se comen las aguamalas con el mayor gusto) porque una cosa es que te piquen a 100 o 200 metros de la orilla y puedas regresar sin problema a lamentar tu suerte (como escribí aquí) , y otra es que te piquen en medio de esta carrera, a un kilómetro de la orilla y con la corriente en desventaja. Ojalá que en esta semana que falta decidan migrar a otros lugares más sabrosos.

Este año también hay un recorrido alterno para quienes lo quieran hacer en bicicleta. Ojalá nos vaya bien y que vengan muchos aniversarios más.
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Actualización:

Una visita inesperada torció un poco las cosas: La lluvia llegó tan impetuosa en los días previos que hizo crecer demasiado los diferentes brazos del Rio Ranchería. Esto fue bueno, porque el agua quedó tan poco salina que las aguamalas se fueron de paseo a lugares provistos de más comida, pero a su vez fue malo para el evento porque no hubo manera de atravesar el brazo calancala a Pie, de manera que no hubo manera de llegar al punto de partida que se había programado. Resultado: La carrera tuvo menos de la mitad del recorrido original.

Otro efecto adicional fue que la corriente de entrada del río al mar estaba tan fuerte que nos desviaba tremendamente del recorrido rectilíneo que teníamos previsto. Todos resultamos siendo llevados mar adentro unos 300 metros adicionales y recuperar esa distancia nos obligó a nadar un poco en contra de la corriente. Nada peligroso (En cualquier caso, las lanchas de la cruz roja y la defensa civil estaban muy atentas), pero lo suficientemente desgastante como para agotarlo a uno cuando menos se espera. Una buena compensación al recorte del recorrido.

Un total éxito. Que vengan muchos más .

domingo, 6 de abril de 2008

¿Ex-Forastero?

Este es el perfil de ruta del viaje entre Bogotá y Manizales. Es a mi juicio el viaje más molesto de cuantos conozco en mi país: más de 200 kilómetros de curvas cerradas y sucesivas capaces de marear a cualquiera, con abismos impresionantes de un lado y barrancos inestables (que fácilmente generan derrumbes) del otro. Súmale a esto el frío del páramo, la niebla y si tienes la suerte de tener lluvia y viajar de noche, ya estás viviendo una auténtica travesía.

Yo he hecho ese viaje (en uno u otro sentido) más de 80 veces y ya estaba inmunizado contra la sensación de miedo de hacerlo. Hacer ese viaje rgeneraba la misma inquietud que montarme en un bus hacia el centro o montarme en un avión para Riohacha. Esto de forastear le había quitado cualquier emoción (mala o buena) a cualquier viaje posible y todo marchaba bien.

Pues bien, en el último viaje se unieron todos los elementos desfavorables: noche, lluvia, niebla, noticias recientes de buses caídos al abismo y una necesidad tremenda de saber que nada malo iba a pasar. De repente, y contra las tendencias de los últimos años, no quería correr ningún riesgo porque necesitaba mantenerme sano y salvo para continuar con lo que venía haciendo. Mucho tiempo anduve sin las precauciones que muchos toman y eso era debido, precisamente, a que uno de forastero se anda sin cuidado de mantener los lazos creados, y largarse de un lugar era tan fácil como desearlo, punto.

El insufrible viaje y el miedo a los peligros me pusieron en evidencia que ya no estaba controlando las habilidades de los forasteros y ahora resultaba con la angustia de la separación y aferrándome a los lazos que me une a mi gente como el náufrago a la tabla que no lo deja hundir. También resulté pensando que nada malo me puede pasar porque mucha gente me espera, confía en mí, en lo que he dicho, con lo que me he comprometido. No lo lamento en absoluto, pero se sienten raras estas ataduras, aparecidas tan repentinamente.

Entonces me pregunto si ya se acabó todo este cuento del forastero y si de repente dejé de serlo. No lo lamentaría, aunque se ha escrito mucho por aqui como para que deje de ser válido así como así.