sábado, 25 de agosto de 2007

Com a Vida que pediste a Deus

"Se eu tivesse que inventar uma cantora, ela haveria (naturalmente) de ter uma voz muito bonita. Depois, eu a treinaria bastante para cantar bem, aprendendo os segredos da colocação da voz, das divisões, da respiração, da empostação, da naturalidade, essas coisas que se aprende na escola. Mais tarde, diria a ela que isso tudo não basta. Uma cantora não é um instrumento musical. É uma pessoa, um ser humano e é fundamental que isso fique claro quando canta. As emoções, a tristeza, a alegria, a depressão, a angústia, tudo isso que uma música popular propôe tem que ser transmitido na hora de cantar (...) Ela já existe"

Sérgio Cabral, Hablando de Beth Carvalho
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Mucho gusto me dio traer por primera vez a Beth Carvalho cuando cantamos Volta pro morro, y hoy también es mucho el gusto de tener su canción en las orejas. Quise mostrar esta pequeña cita (Que se encuentra en su sitio oficial) porque es muy precisa al contar todas las cosas que de manera muy deliciosa transmite Beth. Las emociones, la tristeza, la depresión, la angustia tienen que ser transmitidas a la hora de Cantar, y eso lo sabe hacer muy bien, al punto de su voz tiene ese aire de última palabra que no te permite protestar por la extraña saudade que te empieza a crecer dentro con sus canciones melancólicas, o las ganas de bailar cuando quiere cantar música de fiesta.

Hoy Beth me canta la suprema melodía de la resignación. Y digo que me canta porque tiene mucha empatía con lo que sienten aquellas personas que le cantan al forastero cuando éste hace oidos sordos a las almibaradas lisonjas y las seductoras carnadas que ponen en su anzuelo. Es del tipo de canciones que hace sonreir a los forasteros, porque -finalmente- sentimos que conocieron y comprendieron nuestra decisión de largarnos, aunque generara algo (o mucho) de dolor y de reproche. Es la suprema canción de la resignación:

La melodía es tremendamente dulce, y el primer verso es para erizar la piel (Yo quería hacerte feliz) por ese acento a jovialidad aguada y ánimo arrastrando los pies, por todos los cientos de miles de palabras, cartas, lágrimas, regalos, canciones y reproches que resume, representa y ahorra. Es el comienzo de la resignación, como cuando un deportista acepta que ha perdido y saluda a su rival para reconocer que lo ha aceptado. En este caso, es reconocer que existen esos defectos del forastero (pero me sorprendi con los defectos tuyos) y aceptar que son irreconciliables con las propias metas y todo lo que se soñó cuando quería te fazer feliz.

Pero ahí no acaba la resignación, porque hay una segunda etapa: Tiene que resignarse a aceptar que tú, forastero, estas con la vida que le pediste a Dios, lo cual significa que no tendrá siquiera esa pequeña compensación de saber que vas a arrepentirte de tu forastera desición para regodearse un poco en el placer de ver la tortilla volteada. La segunda resignación tiene la macabra función de estrellar en su cara todo el pastelazo de las cosas que nunca fueron, de todo lo que se soñó cuando se quiso te fazer feliz porque el forastero nunca va a lamentar la ausencia de todos esos motivos.

La canción continua, e incluye una tercera resignación (igual que el cuento de Gabo), y no porque canta que nadie te valora, nadie tiene piedad de ti, sino porque reconoce que no quiere el amor de una persona solitaria, y es resignación porque implica aceptar que no puede hacer gran cosa para modificar os defeitos teus, que la falla está fuera del alcance de intervenirla, que hay que resignarse a que no puede hacerse nada, a pesar de tener tanto qué y tantas ganas de.

La canción avanza sin descarrilarse por el sendero del desconsuelo y llega a una cuarta resignación al reconocer que ni siquiera queda un pequeño rencor que ayude a soportar el dolor de tanta pérdida, porque deja las puertas abiertas en la espera de que el forastero le interese la regeneración de todo lo que hubo para decirle que con mi protección puedes contar. Un poco de maldad, de venganza, maldiciones o rencor serían buenas para ayudar a cargar tanto desconsuelo, pero aunque salgan mil maldiciones de su boca, se sabe que son solo de dientes para afuera, y esa resignación pesa tanto!

La canción se acerca al final sin enderezar su rumbo y conduce a la resignación de aceptar, nuevamente, que ha perdido y que voy a darte un adios sin ser mi ideal. y que para evitar estar en esa situacion prefiere declinar la pretención, la última y suprema resignación, la que cierra el capítulo y pone punto final.

Podría pensarse que de algo tiene que valer haberse expuesto tanto y haber abierto el corazón de esa manera, que tanto esfuerzo no puede ser perdido, que alguna fibra tuvo que haber movido. La respuesta no la tiene el forastero, él hace mucho tiempo que se fue. Además, ¿qué puede hacer el forastero, si está com a vida que pidio a Deus?
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Com a vida que pediste a Deus
(Ismael Silva)


Eu queria te fazer feliz...
Mas me surprendi
Com os defeitos teus
Se é conforme todo o mundo diz
Estas com a vida
Que pediste a Deus...

Ninguém te da valor
Ninguém de ti tem dó...
Não queres o amor
De uma pessoa só
Se a regeneração
Vier te interessar
Com minha proteção
Podes contar

Entre os defeitos teus
Este é o principal
Vou dar-te um adeus
Sem ser meu ideal
Pra não me colocar
Em ma situação
Prefiro declinar
Da pretensão


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